Os perdono, malditos recuerdos y rencores.
Te perdono por volverme alguien más complejamente sencilla.
Y
me perdono por los mil y un errores que me llevaran por el buen camino, por mi cruficijos sobre la espalda que yo misma me colgé por tener miedo al mañana.
Quizás empieze el año pidiendo perdón.
Crucifijos****
ResponderEliminarCaray..., llegué aquí por casualidad y me encuentro con esta bofetada de buen sentido. Porque a pesar de los malditos recuerdos y los mil crucifijos que nos colgaron sobre la chepa... se consigue seguir adelante si te quieres.
ResponderEliminar¡Genial!
Un abrazo... o algo así.
Geles
Yo no hablo de venganzas ni de perdones. El olvido es la única venganza y el único perdón.
ResponderEliminarPues bonita manera, pedirse perdón y aceptarse tal cual. Estamos para aprender así que qué más dan los errores, son necesarios y casi siempre nos hacen mejores.
ResponderEliminarY automáticamente después de pedir perdón olvídalo, agradece a la vida todas sus oportunidades y sonríe, por favor.
ResponderEliminarbesos,