viernes, 15 de agosto de 2014

Metralla fantasma (I)

La auto-compasión se quedó desfasada en esta etapa de mi vida, sentir pena por mi descontrol es más penoso aún que la situación en sí misma. Más bien siento autodestrucción/construcción constante, un todo con un nada a la vez.
Vamos a poner un ejemplo sencillo: me paso la vida pintándome las uñas de mil colores, antes lo hacía por estado de ánimo porque ciertos colores me daban fuerza o suerte y ahora lo hago porque no encuentro lugar en ninguno de ellos.
No consigo localizar el momento donde activé la granada y porqué lo hice, haciendo un viaje rápido a mi historial interno no es raro verme caer y subir pero este tipo de situaciones las he catalogado como las “antes y después” y de ellas solo recuerdo una en mi vida bastante poco agradable …

Cuando sientes la necesidad imperante de huir y que alguien te retenga a la vez, sabes que algo empieza a fallar, quizás lo pequeño se está haciendo demasiado grande.


Firmado tu pequeño desastre.