viernes, 2 de agosto de 2019

Noches de verano

No te extrañes cuando el amor ya no llame a tu puerta, cuando ya no encuentres.
Cuando quieras y no puedas, cuando quieras y no tengas.
No te extrañes que la vida no vuelva, no se detenga, que ya no sea.
Cuida el momento, la dicha y la eterna; que no sienta que no llega.
A veces el cielo es demasiado grande y los vuelos demasiado largos para cuando quieras dar la vuelta, ya no quede rastro.
Es la historia del punto medio que no existe, del crecimiento oscilante de dos almas que pretenden juntar caminos.
La vida presenta fragmentos que unen y desunen, que duelen y que brillan, que ayudan a desnivelar cuando hay más oscuridad que luz.
Somos complejos, libres, inciertos, cambiantes, salvajes, independientes y solitarios; en medio de todo eso decidimos amarnos.
Qué puedes esperar del cocktel de libertad que maneja este enlace, encuentras momentos de unión perfecta y otros de vuelos largos donde cuesta alcanzarse.
Esos momentos hacen que quiera gritar, quiera correr tras de ti como un hambriento salvaje que necesita algo vital para seguir.
Honestamente te necesito, es la más pura y demoledora verdad, pero también necesito necesitarme.
Necesito sentir esa prioridad que te das pero hacia mi propia existencia, que si primero eres tu para ti primero soy yo para mi.
No deberiamos sorprendernos cuando cubres esa necesidad ya no sea lo mismo, sea diferente el significado de te necesito.
Supongo que esto se llama crecer, encontrar un equilibrio entre necesitar a alguien y necesitarte a ti mismo. 
Explorar tu propio abismo, dominarlo y salir hacia fuera, encontrarnos en ese vuelo llamado vida y ya esta.
Respirar y vivir, esa es la cuestión.